COMPARTIENDO HISTORIAS DE VIDA DE GRANDEZA HUMANA

Martha Llanos Zuloaga

Conocí a Victoria en el año 74 cuando realicé la primera evaluación del Programa Piloto Experimental de Educación No Escolarizada (PROPEDEINE). Fueron muchos viajes y salidas al campo y me llamo la atención puesto que Vicky ya era mayor frente al resto del equipo, pero siempre colaboradora y ayudándonos ya que con mi equipo de evaluación dormíamos muchas veces en las bancas de las escuelas o de la iglesia y nos acompañaba el sonido de las gotas de lluvia sobre las calaminas.

Admiré siempre el vínculo que tenían las profesoras con sus promotoras y promotores los cuales estaban siempre atentos a los cursos de formación. La labor tan comprometida de María Victoria más conocida como Sra. Vicky, destaca en la necesidad de conocer directamente a nuestros niños y niñas, las familias y las comunidades. Vicky sabia llegar a la comunidad porque aún en lugares muy remotos ella llegaba a compartir con las Animadoras y Promotores. Se adelantaron junto con Ramón León y el grupo de los 21 del PROPEDEINE al innovar con la educación no escolarizada que ahora en pandemia se redimensiona por la fuerza de los aprendizajes de la educación comunitaria y popular.

Compartimos la vida de la Sra. Victoria porque es cierto, algunas personas fueron reconocidas y también incursionaron en la vida política, pero Victoria siempre por su personalidad se mantuvo silenciosa y cumplidora.

Aquí la Sra. Vicky nos comparte su recorrido personal y profesional:

Yo, María Victoria Chávez Monje, nací en el departamento de Puno un 23 de octubre del año 1927, mis estudios primarios los cursé en la Escuela Pre vocacional de mujeres N° 882 y mis estudios de secundaria en el Colegio Santa Rosa, ambos en la ciudad de Puno. De profesión Profesora, concluí mis estudios superiores en la Escuela Normal Urbana de Mujeres de Puno, optando el título de Normalista Urbano N° 37378 primera categoría, quinto nivel magisterial el 31 de enero de 1950. Profesión que abrace por mi vocación de servicio hacia la niñez.

En 1950, mi primera experiencia como profesora la inicié como directora Perceptora de la escuela de primer grado de mujeres N° 8817 de Luquina en Puno; trabajé con mucho entusiasmo y responsabilidad, sin embargo, por la falta de alumnos fui trasladada a otra escuela. Luego presté servicios en el Instituto Experimental de Educación Primaria no escolarizado N° 3 de Puno como profesora del nivel inferior “A”, este nivel se caracterizó por su disciplina en las formaciones y aula; los alumnos trabajaban bajo mi responsabilidad y mirada constante; recuerdo haber organizado en mi nivel la tienda escolar, con la finalidad de que los niños aprendan a administrar el dinero; así mismo, organice el teatro de títeres y lo exhibimos en Putina, novedad en ese tiempo, e imitada por otros maestros.

La Sub Dirección Pedagógica del Ministerio de Educación, me designó al Instituto como escuela piloto en la unidad de supervisión de Puno, teniendo la honrosa visita en varias oportunidades del maestro de maestros Don José Antonio Encinas. Como docente, tuve gratas experiencias, presté mis servicios forjando niños que luego se hicieron grandes profesionales con éxito y destacando en cargos públicos, de los cuales recibo hasta la fecha muestras de cariño y afecto.

Fui nombrada en 1973 como coordinadora docente del Proyecto Piloto Experimental de Educación Inicial No Escolarizada PROPEDEINE, de mano del Rvdo. Padre Ramón León, quien se desempeñaba como Director y Vicario de Caritas Puno, con el cual se crearon los WAWA WASIS (casa de niños en quechua) y WAWA UTA (casa de niños en aymara); en esa etapa se contó con el apoyo de UNICEF. AID y USAID fortaleciendo el PROPEDEINE. De este programa tengo gratos recuerdos porque fui una de las fundadoras y a pesar de ser la mayor del grupo, me di integra, dejando muchas veces de lado a mi familia.

Como anécdota recuerdo que nuestras visitas a los locales las realizábamos a pie, subiendo cerros, cruzando ríos y otros obstáculos de la naturaleza; y de cariño me decían mis compañeras Sra. Vikita usted nos lleva la delantera caminando.

Al inicio del programa no se contaba con presupuesto para la elaboración de materiales, lo que nos obligó a reciclar papel, huesos, semillas, telas, pajas, plumas, botones, botellas y otros; tampoco teníamos material de escritorio, por lo que visitábamos las instituciones públicas que nos donaban su material desechable que utilizábamos para la elaboración de libretos y guías para los promotores.

Para tomar nuestros alimentos, debíamos prepararlos a muy tempranas horas de la mañana con insumos llevados en nuestras valijas; por las noches y a la luz de las velas nos dedicábamos a preparar los materiales para entregar a los promotores encargados de los Wawa Wasis y/o Wawa Utas, quienes eran nombrados por la comunidad, de modo que no teníamos descanso y entre risas hacíamos pasar el cansancio, pero con la satisfacción del trabajo cumplido.

Con este trabajo se logró que los promotores estuvieran a cargo de los niños de la comunidad impartiendo y replicando nuestras enseñanzas de acuerdo a las constantes capacitaciones impartidas, en donde primaba la enseñanza con la herramienta del cuento adaptado a su realidad. Nuestro trabajo permitió suplir la carencia de los servicios educativos para los niños que debió ser política principal del estado, logrando estimular a los niños para desarrollar sus habilidades creativas y formativas y así puedan ingresar a los niveles primarios con la base requerida, también se les brindaba atención y cuidados alimentarios para combatir la desnutrición infantil. En las faenas comunales se elaboraban materiales educativos y juguetes para los niños. Gracias a este programa y nuestro trabajo se dio inicio al Programa No escolarizado de Educación Inicial (PRONOEI).

Pese a haberme dado integra a este programa, jamás fui reconocida por mi trabajo ni por las autoridades regionales ni nacionales, solo queda en mí, la satisfacción de haber tenido el reconocimiento de los padres de familia y de la comunidad entera, y haber dejado huellas imborrables a los maestros que se dedican a educar a los niños del campo; huellas que han sido plasmadas en guías, manuales, folletos y otros para la elaboración de materiales con recursos de la región.

Finalmente, y a pesar de haber transcurrido muchos años pido a quien corresponda se haga un justo reconocimiento a todas las maestras y maestros que fuimos los pioneros en la educación inicial rural a través del glorioso PROPEDEINE.

Este último testimonio de la Sra. Vicky me ha quedado resonando porque tengo muchas historias que compartir sobre personas que han hecho tanto por otros, su servicio humanitario es evidente solo espero que a través del compartir sus historias y antes que nos digan adiós se pueda producir un mayor reconocimiento a toda una vida dedicada a servir – Este año Vicky cumplirá 95 años.

Sobre el personaje: María Victoria Chávez Monje (1927 a la actualidad). Nació en el departamento de Puno-Perú. De profesión Profesora (1950). Trabajó como directora Perceptora de la escuela de primer grado de mujeres N° 8817 de Luquina y luego como profesora en el Instituto Experimental de Educación Primaria no escolarizado N° 3, ambos en Puno. Fue coordinadora docente del Proyecto Piloto Experimental de Educación Inicial No Escolarizada PROPEDEINE en Puno (1973), donde de la mano del Rvdo. Padre Ramón León, Director y Vicario de Caritas Puno, crearon los WAWA WASIS y/o WAWA UTA.

Perú, 25 de mayo del 2022.

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