COMPARTIENDO HISTORIAS DE VIDA DE GRANDEZA HUMANA
Conocí a Luisa durante la pandemia cuando se inició la aventura increíble de tener sesiones de biodanza por zoom. Personalmente sentía que Biodanza sería un excelente medio de reforzar nuestra resiliencia en esta etapa. Con el grupo de radicalización estuvimos compartiendo y allí Luisa me llamo la atención por su mirada, sus comentarios y finalmente luego de casi un año vino el 19 de abril del 2022 y nos reunimos todos los Biodanzantes en un gran parque denominado la pera del amor.
Previamente le había solicitado que escribiera sobre Biodanza y Afectividad una de las 5 líneas de biodanza. Conocerla y compartir la sesión de celebración me llevo a reiterar mi deleite por aprender y ser siempre la alumna y así estoy, como parte de su grupo de Biodanza en donde la energía fluye de una forma trascendente, en donde la afectividad es una fuerza de crecimiento personal y de contención.
Actualmente Luisa está pasando temporadas con sus hijos en USA y en España, pero cada sábado el grupo se congrega frente al zoom y la fuerza del encentro puede energéticamente atravesar las pantallas del computador. Esto es posible porque Luisa tiene una misión muy especial y una formación que facilita unas vivencias integradoras y sanadoras. Por ello ha creado un taller muy rico por su dimensión espiritual y es Biodanza y Perdón.
Ella nos comenta:
Desde la primera vez que asistí a una clase de Biodanza me quedé encantada. Me sorprendió la alegría que tenía el profesor al hacer su trabajo. Con cuanto amor se relacionaba con el grupo, movilizando energías, emociones, y sensaciones en mí. Esta fue mi primera experiencia de Biodanza dejando huella desde la primera clase. Inicié hacer las prácticas semanales y luego decidí hacer la formación en la Escuela de Biodanza de Perú llevada por la necesidad y movida por el espíritu de vivir un camino nuevo de crecimiento personal.
La Biodanza es para mí un estilo de vida. Me ayuda a sentirme conectada conmigo misma, con los demás y con mi existencia. Biodanza es la alegría de sentirme viva, disfrutando del grupo, del contacto, de la caricia y del abrazo. Biodanza me ha regalado la posibilidad de vivir la poética del encuentro conmigo y con el otro. Ha despertado en mí la experiencia de amor de gratuidad, un amor indiferenciado.
Hablando de la enorme fuerza del amor Luisa nos indica “para mí, es la fuerza más poderosa que existe, es una energía que multiplica lo mejor que tenemos. El amor es la luz que ilumina a quien lo da y lo recibe; haciendo que las personas se sientan atraídas unas a otras”. En su experiencia de desarrollo personal surgió la afirmación sobre la propia realidad, con pasos firmes seguros, enraizándome y defendiendo mi posición y punto de vista.
Crecía en seguridad, aceptación, autoestima y autoconocimiento. Lo cual potenciaba mi estado de ánimo, me integraba y fortalecía mi identidad. Expresaba mis emociones a través de ejercicios enérgicos como danzas de contestación y de lucha, ejercicios de contención y acogida, en las rondas, los encuentros, los abrazos y los acariciamientos; así como, ejercicios de empatía, compasión y restructuración de mi imagen y del otro.
Luisa ya traía una experiencia sólida en el campo de la Reconciliación y perdón, siendo desde más de 13 años voluntaria en la Fundación para la Reconciliación iniciada por Leonel Narváez, Sacerdote Colombiano. Gracias a este voluntariado pudo compartir tantas y variadas historias de vida, así como observar los procesos e impacto de la Reconciliación y el perdón para transformar las vidas y sanarlas.
Integrando ambas experiencias y habiéndolas experimentado personalmente Luisa se dio cuenta que la Biodanza le respondería integrando y abriendo posibilidades a la reconciliación y perdón desde los afectos emocionales, afectivos y expresados en la corporeidad.
Con determinación Luisa declara “Así es que me propuse trabajar los talleres EL PERDON A TRAVES DE LA BIODANZA”.
Como Corolario y sintiendo que solo conocí al grupo de los sábados de Luisa a través del zoom nos congregamos en celebración del día de la mujer, de despedida de la hermana Venus de Haití que estuvo 6 años en Perú y dar la bienvenida a la Hermana Marise de Canadá y ya todas y todos se imaginan el derroche energético de alegría, confraternidad que fluyó en el ambiente.


Los inicios en el Instituto de Fe y Cultura, que llevaba los talleres de ESPERE, de la Universidad Ruiz de Montoya, fueron los primeros talleres, los cuales tuvieron mucha aceptación en distintas instituciones, especialmente en Comunidades religiosas.
Al escribir este testimonio, es recordar y agradecer el camino ya hecho, compartir mi experiencia de los talleres de Perdón a través de la Biodanza. Que ha sido para mí, la experiencia de sanación desde el encuentro conmigo con el otro, con lo trascendente. Y que, desde la Biodanza es el Principio Biocéntrico. LA VIDA AL CENTRO DE TODO.





Perú, 18 de abril de 2023.