COMPARTIENDO HISTORIAS DE VIDA DE GRANDEZA HUMANA
Martha Llanos Zuloaga
Escribir sobre la Doctora Lidia Turner Martí es traer al presente un encuentro muy especial ocurrido durante el relevante evento, la IV Cumbre Mundial sobre la Innovación de la Educación (WISE 2012).
Fue en Doha, Qatar en el año 2012, cuando ambas fuimos invitadas por su Alteza Sheikha Moza Bint Nasser, Presidenta de la Fundación Qatar. Esta reunión que congregaba unas dos mil personas destacadas en el campo de la educación, se desarrolló del 13 al 15 de noviembre, bajo el lema “Colaborando con el cambio” y contó con representantes de 100 países, en particular procedentes de las áreas geográficas con mayores retos educacionales en África, Asia y Oceanía.
De América Latina y el Caribe participamos una veintena de profesores, directivos escolares y activistas de ONGs de Argentina, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, Haití, México, Paraguay y Perú, comprometidos con el avance de la cultura y el conocimiento entre y desde nuestros pueblos.
En aquella época yo había leído y escuchado a nuestro educador peruano Cusianovich, hablar de la Pedagogía de la Ternura y estaba muy impresionada por las propuestas que destacaban una interacción pedagógica con un humanismo muy diferente.
En el último día de la conferencia, estábamos los invitados compartiendo el desayuno en el comedor del hotel, cuando una señora de mirada dulce me invitó a sentarme en su mesa, la conversación se estableció y supe que venía de Cuba. Le compartí que en 1992 había sido llamada por la Unicef para apoyar en el diseño del programa Educa a tu Hijo, el cual se había diseminado mundialmente, gracias a su éxito. Le mencioné Pedagogía de la Ternura y sus ojos brillaron, hubo una pausa, se levantó, me abrazó y me dijo “yo soy la autora”, iniciando así una de las más profundas conversaciones que he tenido con un ser humano tan especial como ella.
Como se forja su educación y sus aportes
Lidia Turner es Doctora en Ciencias Pedagógicas, Profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (Cuba) y autora de numerosos libros y publicaciones.
Es extraordinario escucharla, cuando se manifiesta fuertemente sobre el tema de escuchar a los niños y jóvenes, de dar lugar a la creatividad en las aulas y de algo tan hermoso como la Pedagogía de la Ternura.
Fue muy generosa con el tiempo para hablar de unir educación y ternura en un libro, y del momento fantástico que vive Latinoamérica para que los educadores se encuentren en un gran movimiento. Y a pesar que ese día salía para el aeropuerto, compartió también acerca de la pedagogía martiana: “En Cuba, llevamos varios años investigando y analizando todas las obras que José Martí (escritor y patriota cubano) escribió sin publicar, para extraer su teoría. Las ideas fundamentales de su pensamiento están en cómo trabajar con un educando, para que pueda sacar lo mejor de sí en su proceso de formación. Síntesis que estamos probando en la práctica, con niños, en las clases, con maestros o en actividades entre escolares de América latina”.
Dedicada al magisterio por más de 50 años, Lidia Turner Martí compartió con sencillez y capacidad analítica la historia de la pedagogía cubana. Con palabras que denotan incontables horas de lectura, estudio, y humildad, esta Profesora de Mérito del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y Presidenta de Honor de la Sociedad de Pedagogos de Cuba, irradiaba en el espectacular boato del hotel de Doha, Qatar.
“Mi vida está y estará siempre ligada al Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona”, aseveró en algún momento.
Su infancia y crianza
Lidia nos comparte pinceladas de su infancia y juventud, comenta que provenía de una humilde familia santiaguera, hija de una costurera y un pesador de caña que le enseñó a leer desde los cuatro años; que para hacer el bachillerato ingreso al Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba en el que, a pesar de ser público, se debía de pagar la matrícula y los libros de texto, por lo que, comenzó a trabajar y estudiar en la nocturna.
Al terminar el quinto año comenta, “Mi aspiración era estudiar Medicina, pero esa carrera necesitaba de mucha dedicación y tiempo, que yo no tenía”. En 1952, se matriculó en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana. Tenía un niño pequeño y esperaba otro; pero sin duda esa fue una de las mejores experiencias que vivió junto al pueblo cubano, por su gran contenido humano y social.
Al declararse Cuba Territorio Libre de Analfabetismo, hubo un llamado a todos los profesores y graduados universitarios en carreras afines a la Educación, para formar el nuevo modelo de profesionales que el país necesitaba. Lidia realata que “Aunque era muy joven fui jefa de diferentes departamentos, directora de la Sección Pedagógica, encargada de asesorar a los profesores, Vicedecana de Investigación y luego Vicedecana Docente. Durante ese tiempo el Pedagógico era una facultad de la Universidad de La Habana y radicaba en el edificio Varona de la Colina, en Ciudad Libertad”.
Asimismo, destaca que en 1981 fue nombrada directora del Instituto Central de Investigación de las Ciencias Pedagógicas, miembro de la Comisión Nacional de Grado Científico, con responsabilidad en la fundación de la Asociación de Pedagogos de Cuba, del que formó parte hasta el 2004 como Presidenta de Honor. Reitera estar comprometida con la docencia y que “nunca he dejado ni dejaré esta noble actividad”.
De su libro, que ha sido el más publicado de todos los que ha escrito, y que incluso cuenta con traducciones al inglés, destacó en el 2012 lo siguiente: “En este último libro que estamos editando sobre “Educación y ternura”, destinado a los docentes y padres, decimos que hay una obra importante que hacer y es la de trabajar bien con los niños todas sus posibilidades” (comunicación personal). Puesto que, de acuerdo a su opinión, los niños, adolescentes y jóvenes tienen muchas potencialidades, que no son desarrolladas durante su paso por las escuelas. Además, con respecto a los maestros rescata y promueve el espíritu de innovación: “Martí decía que en los maestros “crear” era la palabra clave para los jóvenes, igual que buscar cosas nuevas, nuevas formas y siempre innovar”.
Palabras de Lidia Turner “Un maestro reafirma lo grande que es su labor, cuando ayuda a través del vínculo con el ser humano y la comunicación. Me parece que esa es la alegría que sienten los educadores”.
Compartiendo el legado de Pedagogía de la Ternura
El mensaje esencial de esta obra es el conocimiento profundo del alumno, la relación genuina y sincera para poder formarlo. Pedagogía de la Ternura tiene como cimientos las ideas educativas de José Martí, pero de hecho son dos investigaciones en una. En la primera, profundiza en el pensamiento educativo martiano hasta demostrar que gira sobre un eje fundamental: el amor; y en la segunda, la doctora Turner consolida en la realidad el paradigma de la ternura, al conocer, a los niños, la escuela pobre y la dignidad humana.
Pedagogía de la ternura es la obra cumbre de esta pensadora. Los temas de sus investigaciones han sido oportunidades bien aprovechadas de compartir inquietudes con los niños y maestros en sus medios reales y cotidianos, para romper esquemas sobre valoradores de la investigación teórica y profundizar en la naturaleza humana, en la relación entre lo cognitivo y lo afectivo y en la educación integral de la personalidad. El mensaje esencial de esta obra es el conocimiento profundo del alumno, la relación genuina y sincera para poder formarlo más allá de lo cognitivo.
COROLARIO
Escribir sobre la Doctora Turner y su Pedagogía de la Ternura ha sido un espacio de reflexión profunda para mi persona, recordarla me llevo a tratar de ubicarla, pero no ha sido posible. Sin embargo, en mi próximo libro le dedico un capítulo a este legado tan actual y tan valioso que destaca lo socio emocional, y afectivo de las interacciones humanas.GRACIAS MAESTRA LIDIA TURNER.

Perú, 14 de febrero de 2023.