COMPARTIENDO HISTORIAS DE VIDA DE GRANDEZA HUMANA

Conocí a Alexandra recientemente; justo compartiendo con su mamá y una amiga mi poemario Vibraciones Poéticas; vi y sentí, como se interesaba en la conversación y es así que tímidamente comentó que ella también hacia poesía y había recibido reconocimientos por ello. Le pedí si tenía alguna para compartir y lo hizo con el poema Amor, que a continuación se los mostraremos y también otro poema anterior con el que fue premiada en su colegio.

En este mes de marzo dedicado al arte de la poesía, he querido compartir la grandeza de tres mujeres de generaciones diferentes; Nora Vidal (adulta mayor), Sandra González (mediana edad) y Alexandra Salarrayán (adolescente). Sintiendo potencialidades narrativas, pedí a Alexandra que ella misma se describiera y contara su historia y oh sorpresa esta reseña esta plena de símbolos y metáforas predicciones de futura escritora también.

 

La historia empieza así…

Una dama y un caballero se conquistaron mutuamente; luego esa imponente mujer dio a luz. Así es como comienza mi historia, en un frío día de agosto, 11/08/2008 por si es de tu interés. Mi nombre es Alexandra Cielo Salarrayán Mego, al nacer, mi piel era rosadita y mis ojos grises como una platinada luna. No tengo claro, si mi fascinación por las temperaturas bajas es por esa razón o por el sentimiento de seguridad y comodidad; qué me brinda ese clima.

Con el tiempo, mis ojos se volvieron de color marrón oscuro o aún mejor; eran del tono de un café cargado, que se ingiere para mantener la compostura ante determinadas situaciones. Mi amor a la escritura y específicamente hacia los poemas, nace con el “Poema de la Despedida’’ de José Ángel Buesa, el preferido de mi mamá. Al escuchar este poema desde muy pequeña, me hice una pregunta que aún no logro contestar, ¿cómo es posible que una persona plasme sus emociones con sólo lápiz y papel? Desde ese momento me enamoré de la literatura e intenté probar si yo podía conseguir trasmitir, tanto lo que observaba, como lo que escuchaba o leía. Desde una canción de cuna, hasta la sensación de echarte perfume por la mañana o regar unas rosas, antes que el sol las aturda.

Con el tiempo, me di cuenta, que cuando tú escribes, eres el dios de tu propia creación, lo que me sigue generando cierta paz, hasta estos días. Incluso he podido llegar a comprenderme mejor cuando escribo algo y luego lo leo por segunda vez, porque todos sabemos que a veces somos más justos con los demás, que con nosotros mismos.

He estudiado en el colegio Reina de los Ángeles en La Molina hasta 2do de primaria y mi mayor etapa escolar en el colegio Santa Úrsula en San Isidro. Aunque no estuve muchos años, en este primer colegio le guardo mucho cariño y le agradezco las grandes amistades que he ganado.

Con respecto a mi trayectoria en la poesía: en 1ero de secundaria gané el 2do lugar del concurso de cuento y poesía categoría B del colegio Santa Úrsula con un poema titulado ‘’Tenemos que despertar’’, sobre la concientización de la contaminación ambiental. Me alegro mucho de haber ganado este premio, ya que era la primera vez que concursaba en este colegio y sobre todo en pandemia. En 2do de secundaria, gané el 1er puesto de la categoría B del concurso de cuento y poesía del colegio Santa Úrsula, con el poema “¿Una decisión o una verdad?’’; es un poema sobre la ansiedad en adolescentes, que era un tema que consideraba trasmitir a mi colegio, sobre todo porque era una época en la que mi promoción tenía mucha presión por los exámenes de pre-IB y los de alemán. Finalmente me considero una persona que dice la verdad tal y como es, pero que incluye siempre los sentimientos, pues son fundamentales, para el ser humano.

El compartir la historia y logros de Alexandra es un llamado a la labor crucial que tienen los colegios en promover el arte y descubrir talentos potenciales plenos de valores que confirman las bases de la grandeza humana.

¿UNA DECISIÓN O UNA VERDAD?

Alexandra Salarrayán

Empiezan a escucharse pequeños sonidos.

De la derecha, como de la izquierda; sin parar.

Los puedes sentir en tu cabeza retumbar.

Sin embargo, tu cuerpo yace inerte.

Sin moverse o siquiera temblar.

Se da de manera creciente, aunque lo quieras ignorar.

Un movimiento por aquí, uno por allá.

Vuelta a la izquierda y ya no te podrás escapar.

Menudo agudo, te hace sollozar.

Grita lo que quieras, nadie te podrá escuchar.

Si dijeras algo, quedarías como una loca.

De la que nadie se puede fiar.

Un paso en falso, y tus pulmones se detendrán.

No busques soluciones, donde no las hay.

Trata de ignorarme y sólo empeorará.

Si sientes el dolor en el pecho, ya no hay vuelta atrás.

La música se acelera cada vez más

Sólo te queda bailar o morir en paz.

Respira, por favor respira, nada de esto es real.

Tú generas todo esto, al empezar a pensar.

Quién te crees, ¿tú me vas a controlar?

 Si yo deseo, te puedes derrumbar.

No es un contrato, ni una decisión.

Es algo por lo que todos tenemos que pasar.

 Puedes hablarlo o no,

Igual en tu mente presente siempre lo tendrás.

Si alguna vez, no puedes parar.

Recuerda que todo es posible, si Dios contigo está.

 

 

AMOR

Alexandra Salarrayán

Amor, ver a los ojos y sonreír, por la paz trasmitida.

Amor, escribir una carta a mano, dando tu mayor esfuerzo para que sea significativa.

Amor, abrazar cuando te nazca.

 Amor, bailar cuando te plazca.

Amor, ser ustedes contra el mundo, no, uno contra el otro.

Amor, reír voluntariamente, sin miedo, a que el otro no lo haga.

Amor, proteger lo necesario, para que se les pueda redactar una historia de vida.

Amor, aceptar que tal vez sus caminos, no terminan encontrándose,

pero lo harán algún día.

 Amor, saber que mientras esto pasa, tienes que seguir amándote

y haciendo lo que tú decidas, no exactamente lo que te digan.

¿UNA DECISIÓN O UNA VERDAD?

Alexandra Salarrayán

Empiezan a escucharse pequeños

sonidos.

De la derecha, como de la

 izquierda; sin parar.

Los puedes sentir en tu

cabeza retumbar.

Sin embargo, tu cuerpo yace inerte.

Sin moverse o siquiera temblar.

Se da de manera creciente, 

aunque lo quieras ignorar.

Un movimiento por aquí, 

uno por allá.

Vuelta a la izquierda y ya no te

 podrás escapar.

Menudo agudo, te hace sollozar.

Grita lo que quieras, nadie te podrá

escuchar.

Si dijeras algo, quedarías

como una loca.

De la que nadie se puede fiar.

Un paso en falso, y tus pulmones

 se detendrán.

No busques soluciones,

donde no las hay.

Trata de ignorarme y sólo

 empeorará.

Si sientes el dolor en el pecho,

ya no hay vuelta atrás.

La música se acelera cada vez más

Sólo te queda bailar o morir en paz.

Respira, por favor respira,

nada de esto es real.

Tú generas todo esto,

al empezar a pensar.

Quién te crees,

¿tú me vas a controlar?

 Si yo deseo, te puedes derrumbar.

No es un contrato, ni una decisión.

Es algo por lo que todos

tenemos que pasar.

 Puedes hablarlo o no,

Igual en tu mente presente

siempre lo tendrás.

Si alguna vez, no puedes parar.

Recuerda que todo es posible,

si Dios contigo está.

 

AMOR

Alexandra Salarrayán

Amor, ver a los ojos y sonreír,

por la paz trasmitida.

Amor, escribir una carta

a mano, dando tu mayor

esfuerzo para que sea significativa.

Amor, abrazar cuando te nazca.

 Amor, bailar cuando te plazca.

Amor, ser ustedes contra

el mundo, no, uno contra el otro.

Amor, reír voluntariamente,

sin miedo, a que el otro no lo haga.

Amor, proteger lo necesario,

para que se les pueda redactar

una historia de vida.

Amor, aceptar que tal vez

sus caminos, no terminan

encontrándose,

pero lo harán algún día.

 Amor, saber que mientras

esto pasa, tienes que

seguir amándote

y haciendo lo que tú decidas,

no exactamente lo que te digan.

Alexandra Salarrayán compartiendo con Martha Llanos y otros amigos

Perú, 21 de marzo de 2023.

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